Andy González, sirviéndose de la música como hilo conductor y con una personal dramaturgia, lo que en un principio es un intérprete musical se convierte en un lutier mágico, que va creando instrumentos musicales de la nada, para finalizar siendo un musico feliz con su instrumento, cerrando el círculo dramático.

Es su acto más premiado y con el que ha viajado por diferentes países, como USA, Francia, Holanda, Mónaco, Portugal y por supuesto España.